Tú no sabes que aquella tarde que dijiste que vendrías me estremecí por completo.
Había notado en ti cierto coqueteo, no pude evitar recordar esas miradas pícaras y sentí miedo, miedo de estar a solas contigo e inquietarme con tus deseos, mas ya era demasiado tarde; de mis labios se escapó un "Te espero".
Segura de mí, me dispuse a preparar todo para tu llegada. Pensaba -no pasará nada, charlaremos de cosas cotidianas-
De pronto, ahí estabas tocando a mi puerta -¡cielos, mis piernas temblaban!-
Contuve el aliento, al verme reflejada en esa anhelante mirada.
Con un beso cálido en tu mejilla, te dije: -Bienvenida, pasa- y tus labios gruesos esbozaron una coqueta sonrisa y dijiste: -Gracias-
Platicamos de varias cosas, cosas realmente cotidianas, hasta que llegaste a esa pregunta.... -¿Eres muy apasionada, vdd?- acercándote un poco más a mí.
Contuve los nervios y dije -sí, sí lo soy- Mientras quitaba un mechón de tu hermosa cara, (quizá ahí viste el brillo que desprendió mi mirada.) Eso me gusta de ti, tu pasión, tu forma de ver y sentir el sexo.... Me gustas -dijiste-
Sentí tu proximidad, y un escalofrío sacudió mi cuerpo. Quería contenerme, pero tu cercanía y el aroma fresco de tu perfume hizo que no diera marcha atrás.
Tus labios entreabiertos me invitaban a ese beso, tu mirada de deseo me invitaban a tu cuerpo, tú tomaste la iniciativa, me sedujiste.... a pesar de reusarme a sentir algo nuevo.
Te sentí respirar en mi cuello, mientras tus labios rozaban, lamían.... y tus manos buscaron sobre la blusa, mis senos.
Sostuve tu cara, dibujé el contorno de tus labios con mi dedo.... -¡Que estoy haciendo!- no pude evitarte y mi boca buscó tus labios carnosos, mordiéndolos suave y respirando con mi boca tu aliendo. Nuestras lenguas calientes jugaron, se acariciaron, nuestras bocas húmedas se deleitaron en ese beso, rico.... lento.
Había notado en ti cierto coqueteo, no pude evitar recordar esas miradas pícaras y sentí miedo, miedo de estar a solas contigo e inquietarme con tus deseos, mas ya era demasiado tarde; de mis labios se escapó un "Te espero".
Segura de mí, me dispuse a preparar todo para tu llegada. Pensaba -no pasará nada, charlaremos de cosas cotidianas-
De pronto, ahí estabas tocando a mi puerta -¡cielos, mis piernas temblaban!-
Contuve el aliento, al verme reflejada en esa anhelante mirada.
Con un beso cálido en tu mejilla, te dije: -Bienvenida, pasa- y tus labios gruesos esbozaron una coqueta sonrisa y dijiste: -Gracias-
Platicamos de varias cosas, cosas realmente cotidianas, hasta que llegaste a esa pregunta.... -¿Eres muy apasionada, vdd?- acercándote un poco más a mí.
Contuve los nervios y dije -sí, sí lo soy- Mientras quitaba un mechón de tu hermosa cara, (quizá ahí viste el brillo que desprendió mi mirada.) Eso me gusta de ti, tu pasión, tu forma de ver y sentir el sexo.... Me gustas -dijiste-
Sentí tu proximidad, y un escalofrío sacudió mi cuerpo. Quería contenerme, pero tu cercanía y el aroma fresco de tu perfume hizo que no diera marcha atrás.
Tus labios entreabiertos me invitaban a ese beso, tu mirada de deseo me invitaban a tu cuerpo, tú tomaste la iniciativa, me sedujiste.... a pesar de reusarme a sentir algo nuevo.
Te sentí respirar en mi cuello, mientras tus labios rozaban, lamían.... y tus manos buscaron sobre la blusa, mis senos.
Sostuve tu cara, dibujé el contorno de tus labios con mi dedo.... -¡Que estoy haciendo!- no pude evitarte y mi boca buscó tus labios carnosos, mordiéndolos suave y respirando con mi boca tu aliendo. Nuestras lenguas calientes jugaron, se acariciaron, nuestras bocas húmedas se deleitaron en ese beso, rico.... lento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario