30.11.12

Con nuestras caricias ardientes llenemos el pozo con el torrente de tu sudor y el mío, inundemos los vacíos de nuestra piel sedienta de caricias y deseos. Dejemos que la pasión dormida estalle en torrenciales lluvias, que hagan brotar hierba fresca de nuestros sedientos pudendos. Dejemos salir el mar de nuestros adentros y que las olas bramando se rompan en los rincones secretos donde anidan: el erotismo, el amor y la locura de nuestros cuerpos fogosos, deseosos de caricias y ternura Dejemos que nuestro desequilibrado amor desborde apasionados gemidos que yacen en nuestros cuerpos dormidos, dejemos brotar los deseos florecidos.

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