22.8.13

Déjame que me acerque a ti a mojarme en tu piel, en el olor de tu voz, pues ya quiero vivir o naufragar de muerte tuya. Déjame decir para que no me entiendas las palabras, igual que el mar no sabe de vientos. Déjame dejarme junto a ti: que yo me ahogue en la luz de tus hombros, haga pies por donde tu cintura. Déjame beberme el mar, amar el mar, al abra de tus ojos. Déjame dejarme estar, bien hondo, allá donde solemos, donde no se oye la brisa siempre. Es cuando veo caer un arco iris, levantarse un pozo de tus manos. O, como suele ser, cierras el mundo y sólo hay mar. Un río somos los dos, andamos para que yo me hunda en tus innumerables olas, pasamos juntos por el solo paisaje que se nos vive. Déjame cortar todos los árboles. —

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